jueves, 29 de septiembre de 2016

Ella

Intentar describirla seria solo eso, un intento.

Pero ella era una de esas mujeres
por las que lo intentaría
una
y todas las veces.

Su pelo era mar revuelto,
y en su boca siempre traía la alegría inevitable de una lluvia en pleno agosto.
Eso es,
ella era lluvia, era mar,
eterna como las cosas naturales.

Justo a la derecha de su labio inferior tres lunares,
o quizás unos puntos suspensivos
mi más deliciosa  incógnita.

Estaba absolutamente loca de ingreso,
de infarto,
de camisa de fuerza,
de correr a 160,
a mí una carrera en su media a 30 me quitaba la cordura.

Apuesto mi suerte,
que cualquiera habría pagado por experimentar su caos,
aunque,a decir verdad,
por ella habría apostado mi vida entera.

Era de pecho pequeño y corazón grande,
nunca logre llegar a entender cómo podía caber tanto ahí dentro.

Era una de esas mujeres
que aunque esperándolas jamás llegan,

nunca se van del todo.

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