miércoles, 28 de junio de 2017

A mi hogar


Cómo duele.

Cómo duele
ver cómo muere tanta vida.

Cómo los frutos de sus abuelos, de tus abuelos, de mis vecinos
desaparecen,
cómo duele el sonido de las llamas devorando mi fauna y mi flora,
dejando paso a ese silencio que nos invade el alma.

Cómo duele la rabia y el miedo de mi gente,
y la pérdida de aquellos que han tenido menos suerte.

Cómo duele la ausencia absoluta de belleza,
la oscuridad arrinconando nuestra luz,
la injusticia devorando tus entrañas.

Cómo duele ese monstruo asesinando un paraíso,
y pensar que detrás de este infierno pueda estar la mano del hombre.
Pensar que hay personas capaces de quitar la vida
a aquello que nos la brinda.

Cómo duele ese gris que viste ahora el vientre del sur,
esa impotencia que nos habita a todos los que amamos esta tierra,
a todos los que apreciamos su grandeza.

Cómo nos dueles,
a todos los que nos hemos sentido libres en tu paz,
a todos los que nos hemos sentido vivos en tu equilibrio,
a todos los que nos habitas los recuerdos,
a todos lo que te recordamos como nuestra casa.

Cómo ha dolido la espera de ese final,
que al fin,
toca la puerta.

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